El marketing moderno ha evolucionado significativamente, no solo en sus herramientas, sino también en su enfoque. Un concepto clave para entender cómo conectar efectivamente con las personas es el Círculo Dorado, propuesto por Simon Sinek, que se fundamenta en la idea de que las empresas y marcas más exitosas no sólo comunican qué hacen, sino por qué lo hacen.
Sin embargo, para comprender realmente por qué esta teoría es tan poderosa, debemos hacer énfasis en cómo responde el cerebro humano a este tipo de comunicación, especialmente en términos de las áreas responsables del pensamiento racional y emocional. Aquí es donde entran en juego dos partes fundamentales de nuestro cerebro: el neocórtex y el sistema límbico.
¿Qué es el Círculo Dorado?
El Círculo Dorado está compuesto por tres capas concéntricas:
1. Qué: Se refiere a los productos o servicios que ofrece una empresa.
2. Cómo: Explica cómo se diferencia del resto o cómo logra lo que hace.
3. Por qué: La razón más profunda, la causa o el propósito detrás de lo que hace.
Simon Sinek destaca que las marcas más influyentes comienzan su comunicación desde el centro del círculo, es decir, con el “por qué”. Esto resuena profundamente con las personas a nivel emocional, algo que muchas veces las estrategias de marketing tradicionales pasan por alto al enfocarse demasiado en los aspectos racionales.
El Neocórtex y el Sistema Límbico: Cómo el Cerebro Responde al Marketing
Para comprender la efectividad del Círculo Dorado, es esencial entender cómo se procesan las decisiones y las emociones en el cerebro. Este órgano está dividido en varias regiones, pero dos áreas son especialmente relevantes para el marketing:
1.Neocórtex:
El neocórtex es la parte del cerebro responsable del pensamiento racional, el análisis, el lenguaje y la toma de decisiones lógicas. Cuando una empresa se centra exclusivamente en comunicar el “qué” y el “cómo”, está apelando principalmente a esta área. Las personas pueden comprender los hechos y cifras, pero eso no necesariamente las motiva e incentiva a actuar.
2. Sistema Límbico:
El sistema límbico, por otro lado, es el centro emocional del cerebro. Esta parte es responsable de las emociones y los recuerdos. A pesar de que las decisiones emocionales pueden parecer irracionales desde una perspectiva puramente lógica, están profundamente conectadas con nuestras motivaciones, comportamientos y decisiones de compra.
Cuando una marca comunica su “por qué” —su propósito o misión profunda— está buscando conectar y “hablar” directamente con el sistema límbico. Esto genera una conexión emocional más fuerte y, en muchos casos, fideliza a los clientes, ya que sienten que están alineados con el propósito de la Empresa, con los valores y su razón de existir.
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